Reseña 'La ladrona de libros'

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Título: La ladrona de libros

Título original: The book thief

Autor: Markus Zusak

Editorial: Debolsillo

Páginas: 544

Precio: 9,95 €

ISBN: 9788499088075

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  Érase una vez un pueblo donde las noches eran largas y la muerte contaba su propia historia. En el pueblo vivía una niña que quería leer, un hombre que tocaba el acordeón y un joven judío que escribía cuentos hermosos para escapar del horror de la guerra. Al cabo de un tiempo, la niña se convirtió en una ladrona que robaba libros y regalaba palabras. Con estas palabras se escribió una historia hermosa y cruel que ahora ya es una novela inolvidable.

  Nunca me ha gustado hacer reseñas de una obra famosa y esta no va a ser una excepción. Creo que de esos libros tipo Harry Potter, Juego de tronos o La ladrona de libros es imposible decir nada que no se haya dicho ya. El que no se ha leído el libro ha visto la peli o viceversa, por lo que al final todo el mundo tiene su opinión y los enfados surgen con la más mínima chispa de discrepancia entre unos y otros. Así que os dejaré mi reseña, que más que una reseña es una 'redacción de opiniones y sentimientos' que me han surgido mientras leía este pequeño tesoro.

  Empiezo por la narración: sí, la narradora es la muerte, y no, no spoileo nada, porque se sabe nada más echarle un ojo a las opiniones que la gente ha hecho sobre el libro. Este recurso me ha parecido lo mejor del libro. La muerte es cruel y satírica, pero consigue contarnos la historia de un modo ameno, con algún que otro chiste negro y doloroso, y acaba consiguiendo que nos hagamos sus amigos. De hecho es la que consigue que soporte todo el escenario en el que sucede la obra, ya que ODIO el periodo de la segunda guerra mundial.

  Lo único que odié de la narradora es su manera de contar algunas cosas. Y es que la muerte disfruta spoileándonos lo que va a venir casi al final del libro. ¡Es para matarla! (aunque esto sea un tanto paradógico). De hecho, me enfadé tantísimo con uno de sus autospoilers que dejé el libro de lado durante unos días y me negué a seguir leyendo hasta que se me pasó el disgusto. A partir de ahí estuve todo el libro en tensión.

  La protagonista es Liesel. Vive en la Alemania nazi y ha sido dada por su madre a una familia de acogida. Para colmo, acaba de perder a su hermano. Así consigue su primer libro: gracias al sepulturero que enterrará al pequeño. Este hecho la atormentará durante toda su vida y será uno de los factores que darán sentido a toda la obra. Liesel se va a haciendo con una serie de libros que representan los momentos cumbre de su vida. De hecho, son más importantes estos momentos que los propios libros.

  No os diré mucho sobre el resto de los personajes, porque no acabaría nunca. Están los padres adoptivos de Liesel, los Hubermann, que son de agárrate (aunque en el buen sentido), un judío que crea historias llamado Max, unos cuantos niños, la mujer loca del alcalde... y Rudy. Rudy, el niño vecino que se convierte en el mejor amigo de Liesel y que es sin duda mi personaje favorito. Creo que debería dedicársele un libro entero: "El Jesse Owens de pelo limón", por ejemplo. Es un pequeño pícaro que nos hará reír y llorar a partes iguales.

  Por supuesto que Hitler and company están en la novela. Liesel será la encargada de enseñarnos cómo la gente normal y corriente e incluso los niños (que nunca suelen aparecer como testigos de estos temas) viven esta época de terror, de prohibiciones y de acoso a las minorías inocentes. 

  ¿Y qué me parece el final? No sabría decir. Por un lado me parece totalmente apropiado. Encaja perfectamente con la armonía del libro y con la época que se trata, pero por otro lado me ha dejado con alguna que otra incógnita que me han dejado con una sensación de vacío.

  Sé que no es una gran reseña, pero es que no tengo palabras para expresarme sobre este libro. Es una lectura obligatoria para todo el mundo, pero no por la moda que acaba de salir ahora con el cuento de la película, sino porque creo que es una de las mejores novelas de nuestra época. Es un libro que hace sufrir y disfrutar a partes iguales, que te hace pensar sobre la vida y la muerte, y ¿por qué no?, también practicar un poco de alemán (que a mí que lo tenía un poco olvidado me vino muy bien).  Y eso es todo. Si no lo habéis leído aún poneros a ello ya mismo, pequeños saukerls (con amor).