Reseña 'Pídeme lo que quieras', Megan Maxwell

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Titulo: Pídeme lo que quieras
Autora: Megan Maxwell
Páginas: 460
Editorial: Esencia
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788408034513
Primera edición: Noviembre 2012
Precio: 14,90€

No apto para menores
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 Tras la muerte de su padre, el prestigioso empresario alemán Eric Zimmerman decide viajar a España para supervisar las delegaciones de la empresa Müller. En la oficina central de Madrid conoce a Judith, una joven ingeniosa y simpática de la que se encapricha de inmediato.

 Judith sucumbe a la atracción que el alemán ejerce sobre ella y acepta formar parte de sus juegos sexuales, repletos de fantasías y erotismo. Junto a él aprenderá que todos llevamos dentro un voyeur, y que las personas se dividen en sumisas y dominantes... Pero el tiempo pasa, la relación se intensifica y Eric empieza a temer que se descubra su secreto, algo que podría marcar el principio o el fin de la relación.

 La verdad es que no tengo palabras para hablar de esta novela. Estoy perdida. La leí hace casi un mes y ya no me acuerdo prácticamente de nada. Es decir, como de costumbre, Maxwell no me ha aportado gran cosa. Es un 50 Sombras de Grey pero en vez de hablar del sado, el bondage y la sumisión, nos encontramos con un empresario guapo y millonario al que le gusta el mundillo del voyeur. 

 No, no soy de las que por leer 50 Sombras piensan que todas las novelas eróticas son un plagio ni mucho menos. Por supuesto que hay temática original y un sinfín de novelas extraordinarias donde elegir. Pero es que según iba pasando las páginas más se me parecía a la famosa trilogía. 

 El final deja una sensación turbia (al igual que en 50 sombras), la tía es una patosilla insegura (al igual que Anastasia Steele), el protagonista es guapo, rico, con gustos complicados, preferencias sexuales poco comunes, problemas que trata de ocultar, mucho misterio y una pizca de romanticismo poco convencional. ¿Nos suena? Por supuesto que sí. ¡Por dios, si el tío hasta usa blackberry! ¿No había otro modelo de móvil?

 No sé decir si es una novela buena o mala. Por un lado me ha gustado, sí. Raro que yo diga que algo de Maxwell me ha agradado, pero tengo que reconocerlo. Además me parece que la perversión a tratar es más original que lo que solemos encontrarnos últimamente en las novelas eróticas. Pero por otro lado, el grandísimo parecido con  50 Sombras y la manera de escribir que tan poco me gustan de Maxwell me echan para atrás. Me alegro de no haberme gastado ni un euro en él. Lo descargué por descargar y creo que hice muy bien. Está bien para pasar el rato y echar la tarde, pero poco más. En mi opinión, no merecía ni uno solo de mis euros. 

 Pero Flavia, aún no nos has contado exactamente de qué va la historia. 

Cierto. Con tanta queja y tanto desvarío se me había olvidado lo más importante. Jud, una secretarucha del tres al cuarto conoce al jefazo de la empresa, Eric Zimmerman, cuando se quedan encerrados en un ascensor y a éste le pica la curiosidad. Ella tiene un carácter español que al alemán le hace mucha gracia. Empiezan una morbosa relación secreta en la que él la introduce en el mundo de sus fantasías más íntimas. A él le va mirar... y que le miren. Jud tendrá que pasar por todo tipo de situaciones para aprender a satisfacer los deseos de Eric y, de paso, encontrarse a sí misma.

 A muchas les gusta el señor Zimmerman. A mí ni fú ni fá. De verdad que esta novela, a pesar de superar a otras escritas por la autora, no me inspira demasiado. Por lo tanto no me liaré más con la reseña. Si queréis conocer otro mundillo de perversiones y pasar un buen rato os animo a que le hinquéis el diente. Pero os adelanto de que no estoy segura de que merezca la pena pagar por ese pequeño ratito de gloria...